Tu serás el Milagro

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jueves, 3 de febrero de 2011

ENTREVISTA A RICARDO ALFONSIN (UCR-2009)


Que vuelva la UCR

“La sociedad pide que el radicalismo sea un actor"

El principal referente de la Unión Cívica Radical a nivel nacional, Ricardo Alfonsín, detalla la situación actual del partido político luego de atravesar una de sus peores crisis. Asegura que la libertad, la igualdad y la solidaridad forman un triángulo indispensable para las acciones futuras de la UCR y sostiene que la sociedad está atravesando una suerte de crisis ideológica.


En varias oportunidades Ricardo Alfonsín, el principal espejo estético de la Unión Cívica Radical a nivel nacional, ha visitado el distrito de Coronel Suárez con el único objetivo de involucrar a la comunidad local en cada intervención o experiencia, se trate de una cena para festejar 25 años de democracia o del fortalecimiento de un partido político en vísperas de superación.
Dotado de una amplia cultura y de una sólida experiencia política, Alfonsín no intenta ocultar las cicatrices que marcaron al radicalismo en los últimos tiempos. Tampoco promete utopías ni desmiente el fortalecimiento que recibieron de la mano del vicepresidente Julio Cobos.
Se podría decir que con él ni siquiera se habla de pasado, sino de un presente continuo, constructivo, en constante crecimiento, eficaz para las generaciones venideras y para el futuro de la Unión Cívica Radical.
La amplitud y complejidad de sus pensamientos, conocimientos, y percepciones de la vida y el mundo, lo convierten en un intelectual más que un gestor político. Al mismo tiempo que dan un aliento de esperanza para aquellos que veneran a Leandro Alem, exigiendo una réplica de sus principios.
Sin máscaras que escondan sus ambiciones y convicciones, Ricardo Alfonsín se muestra vehemente, autodidacta, avasallador, enérgico, prolífico y comprensivo. Sin inhibiciones ni discursos programados deja fluir su incansable lucha por reconstruir la ideología, los valores y los recursos de un partido político que atemorizaba a sus opositores en la democracia argentina del siglo XX.

- Ricardo ¿Cuál es su mayor sueño político?


Personal ninguno pero me gustaría que el mundo sea el espacio donde las personas puedan desarrollar de manera autónoma su proyecto vital.
Actualmente las personas quieren tener una casa, no está prohibido pero... ¿podemos tenerla?, ¿pueden ir a la escuela todos los chicos que habitan en Argentina?
Con la libertad formal y el reconocimiento del derecho no alcanza. Debemos trabajar para lograr la igualdad, la cuál permitirá que esas libertades puedan ejercerse efectivamente. Para lograrlo se necesita contar con los recursos necesarios y éstos deben ser suministrados por los que más tienen pero a veces el Estado no tiene, o no le conviene tener, el poder suficiente para efectuar una equitativa distribución de la riqueza.
Esto no tiene nada que ver con el conflicto entre el gobierno y el sector agropecuario. En principio porque las retenciones móviles no eran para distribuir la riqueza sino para pagar deudas y porque existe un festival de subsidios por lo que no pueden mantener el superávit fiscal.
Por el otro lado, las retenciones eran sumamente injustas porque concentraban en el sector agropecuario una importante carga fiscal cuando el sector financiero, el juego, la minería y varias industrias no poseen los mismos gravámenes.
Además el sector agropecuario es el principal sustento económico para varias ciudades del interior del país y de la Provincia de Buenos Aires.

-¿Qué pretende lograr desde la Unión Cívica Radical?

Una sociedad más justa. La política es absolutamente indispensable pero sin ética no sirve para nada. ¿Qué es la ética?, un conjunto de valores y para el radicalismo los más importantes son la libertad, la igualdad y la solidaridad.
En torno a estos tres valores pretendemos organizar la educación, la economía, las leyes laborales, la salud, la justicia.
Suena utópico pero todo horizonte que se fija una persona es realizable y termina por concretarse.
Actualmente reclamamos viviendas, seguridad, educación, salud para cada uno de los ciudadanos del país. Cuando logremos concretar esas cosas seguiremos reclamando otras que demande la sociedad.
La tarea política nunca termina cuando pretende desarrollarse una sociedad más justa.

-¿Qué intenta dejarle a la gente?

Un partido fuerte, organizado, que discuta, que interrogue, que plantee dudas, que no renuncie a la transformación, que no se preocupe por ganar elecciones sino por gobernar y cambiar la realidad.
Es una tarea difícil, la gente cree que cuando alguien logra llegar al sillón de Rivadavia puede hacer lo que quiere pero el poder del Estado no es omnipotente. Existen otros poderes que pueden llevar al fracaso de las mejores políticas.
Eso nos pasó en la década del 80, veníamos de una dictadura militar y procuramos poner en práctica políticas que dieran respuesta a los sectores más vulnerables. Sin embargo el FMI, las mega corporaciones, los sectores financieros, pusieron muchas piedras en el camino y quienes debían estar acompañándonos en la lucha por la defensa de los intereses populares, sea el justicialismo o los sindicatos, se pusieron del lado opuesto.

-¿Qué significa la política en su vida?

Lo que debiera significar para cualquier ser humano, es fundamental para la vida social, institucional, cultural y demás.
No se puede vivir sin política, algunos dicen ‘a mi no me interesa la política’ y esto, en ocasiones, encierra una práctica delegativa cuestionable: que otros hagan política.
Desde el momento en que vivimos en sociedad no se puede renunciar a la política. Aristóteles diría ‘solo las bestias o los dioses pueden prescindir de la política’.
Si algún día, todos dejáramos de hacer política se vendría el mundo abajo y el mismo se colmaría de las prácticas más demoníacas, perversas e irracionales del hombre.

-¿Cómo se ve dentro de 10 años?

Me gustaría escribir un libro para convencer a la sociedad que es necesario hacer política para poder eliminar la injusticia social.

-A su entender ¿La población ejerce la ciudadanía como debería?
No, existe una actitud hostil para con la política y esa actitud termina siendo autodestructiva.


Los grandes grupos económicos se alegran de que la sociedad desconfíe de la política. Esta alegría se debe porque dichos grupos pretenden debilitar a la política porque han visto en ella, y en el Estado, un poder capaz de disciplinar a la sociedad con la finalidad de alcanzar sus propios objetivos.

-¿Por qué cree que los jóvenes se acercan a los partidos políticos?

Es fundamental que los jóvenes se acerquen a la política. Si a los 18 o 20 años una persona no sueña con la posibilidad de una sociedad más justa, estaríamos perdiendo esa condición de la juventud que la hacía luchar frente a las injusticias.
Lamentablemente en estos tiempos de neoliberalismo, en los que se defienden valores como el individualismo, es difícil lograr un compromiso social que ayude a cambiar la realidad del país.


Recuperar la dignidad. La más franca e inocente descripción de Ricardo Alfonsín podría condenarlo a la eternidad. Se empecina en construir, primero, su realidad, donde la libertad, la igualdad y la solidaridad forman un triángulo indispensable para las acciones futuras del partido.
Estos tres valores, según él, son el pilar fundamental para cambiar el vértice político dominante en una época donde las brechas sociales son cada vez más distantes y las necesidades humanas se convierten en meras promesas electorales.

-¿Cuál es la ideología del radicalismo?

La UCR es un partido socialdemócrata que prioriza tres valores fundamentales en torno a los cuáles pretende organizar la sociedad.
Por un lado, la libertad para que cada persona pueda desarrollarse de manera autónoma en la vida, sin estar sometido a ninguna forma de poder que limiten sus posibilidades de crecimiento personal.
Por el otro lado, la igualdad para que esa libertad pueda ser efectivamente ejercida. Por último, la solidaridad para que entre todos podamos construir una sociedad en la que los seres humanos puedan vivir con dignidad.
Estas premisas son nuestra principal ambición y queremos organizar a la sociedad en función de dichos valores.
No es fácil hacerlo porque en ningún país del mundo las sociedades se organizan de esta manera pero esto significa que tenemos mucho para hacer, acompañados por las personas que piensan como nosotros.

-Actualmente ¿Cómo se encuentra la Unión Cívica Radical?

Luego de la crisis del año 2001, la Unión Cívica Radical soportó un trance muy severo, con muchas divisiones, la cuál nos costó mucho tiempo superarla y aún hoy nos sigue costando.
Me da la sensación que desde hace cuatro meses, la sociedad comenzó a comprender que es necesario que el radicalismo equilibre las decisiones políticas en Argentina.
Creo que la sociedad nos pide que nos recuperemos y volvamos a ser un actor importante en la política del país.
Luego de las crispaciones, de las confrontaciones que provocó la Ley 125, las cuales pusieron en riesgo la paz social, la sociedad comenzó a demandar lo que, precisamente, puede garantizar la UCR, es decir, el diálogo, el consenso, el respeto a las instituciones, la realización de acuerdos fundamentales y la búsqueda de la justicia social.

-¿Qué tipo de metodologías está tratando de implementar la UCR para ocupar el lugar que tenían antes de la crisis?

Somos un espacio que forma parte de la Unión Cívica Radical, nuestra pertenencia sectorial es absolutamente secundaria y lo que nos proponemos desde este espacio radical es trabajar para generar propuestas, para movilizar a la militancia, para recuperar la confianza de la sociedad en la política.
Tenemos la absoluta convicción que sin la participación ni el compromiso de todos los ciudadanos será difícil llevar adelante las transformaciones que necesitamos en el país.
Sobre todo, aquellos cambios que tienen que ver con generar las condiciones para que la gente pueda vivir con dignidad. Actualmente 12 millones de argentinos no viven con dignidad.

-¿Cree que la Unión Cívica Radical volverá a ser el partido opositor por excelencia?

Volverá a ser el partido de gobierno. La cultura, los valores y las ideas de la Unión Cívica Radical están profundamente arraigados en la sociedad argentina.
Asimismo, la sociedad está empezando a comprender que es necesario que se recuperen esos valores. No me extrañaría que en el 2009 poblemos los Honorables Concejos Deliberantes, las legislaturas y el Congreso.
Tampoco me sorprendería que en el 2011 coloquemos un Presidente del radicalismo.

-Las alianzas efectuadas por el radicalismo ¿beneficiaron o perjudicaron la imagen del partido?

Perjudicaron el equilibrio del sistema político en el país. Dicho sistema estaba muy desbalanceado para el lado del Frente para la Victoria por eso sucedieron una serie de acontecimientos que no debían haber ocurrido. Estas divisiones debilitaron una institución importante para la República y repercutieron en forma negativa en el radicalismo, por ende, en la organización política de la Argentina.

-¿Cree que la formación de alianzas hace que peligren las ideologías de los partidos históricos?
Si, existe una gran crisis ideológica. No creo que estemos en el fin de la historia, la misma llegará a su fin cuando no existe nadie más que pueda contarla.
Estamos atravesando una suerte de parálisis. No sabemos como enfrentar esta situación frente a los grandes grupos económicos, a la globalización, a la revolución tecnológica. Con esta situación es difícil hacer política procurando defender a los sectores más débiles pero estoy convencido que vamos a superarla.
Considero que ésta es la principal deuda de los sectores progresistas en la política: no han sido capaces de definir una estrategia que le permita a la política recuperar el poder que tuvo en otros tiempos.

Lo que se puede ver. Para Alfonsín la sociedad está atravesando una etapa de replanteos, certezas pero también de dudas. Al parecer esta suerte de crisis ideológica deja al descubierto la falta de proyectos, de contexto y de significado que alejan al ciudadano de sus obligaciones.
Hoy los aparatos políticos predominan por sobre la doctrina. El objetivo de Alfonsín es lograr que la política vuelva a convertirse en vocación, en una herramienta de cambio y en el mecanismo central de la democracia para toda la sociedad.

-¿Qué opina de la corrupción?

Es una peste, me repugna. Cuando digo que la política debe ser ética no me refiero, únicamente, a ser honesto con los recursos del Estado.
A través de la política se deben resolver los problemas de los que menos tienen, por una cuestión moral, porque debería repugnarnos la injusticia.

-¿Cree que la corrupción está legalmente respaldada?

No puedo afirmarlo. Creo que como en otros gobiernos, deben existir casos de corrupción pero no me consta que exista un aparato legal para realizar actos de corrupción.
Se que muchos políticos, en especial opositores, sostienen dicha legalidad pero no soy de los que formulan denuncias porque sí, simplemente para obtener votos. Si tuviera pruebas iría a la justicia.

-¿Qué opina del sistema judicial de nuestro país?

Creo que debe ser corregido y mejorado. No funciona bien porque no cuenta con el presupuesto necesario. El recurso humano es bueno, le faltan recursos económicos para mejorar la prestación del servicio de justicia.

-¿Cómo se logra gobernar sin ser contaminado por los sistemas corruptos del país?
Ante todo el político debería tener una gran integridad moral, tendría que rodearse de personas honestas y debería estar dispuesto a sancionar a las personas que incurren en actos corruptos.
No creo que la gente sea corrupta por naturaleza o que la política lo sea.

-¿Qué representó Raúl Alfonsín para la historia Argentina?

Fue el Presidente que generó las condiciones necesarias para que se consolide la democracia sin claudicaciones éticas y esto fue lo más importante que nos ha ocurrido a los argentinos en los últimos cincuenta años.

-¿Qué opina de Fernando de la Rúa?

No me gusta hacer leña del árbol caído.

-¿Qué opina de Roberto Lavagna?

Es un economista y un político que actuó en momentos difíciles del país. Le hizo un gran servicio a la República y no puso condiciones para hacerse cargo de la economía en un momento de crisis donde parecía que se prendía fuego la Argentina.
Lamentablemente, a comienzos del corriente año, defraudó a los argentinos porque decidió aliarse a un partido (Justicialismo) al que había dejado de pertenecer porque no coincidía con la ideología de los Kirchner. Lo juzgará la historia.

-¿Qué opina de la Presidenta de la República Argentina?

Es más de lo mismo porque el actual gobierno no ha marcado diferencias con el de Néstor Kirchner, más allá de sus promesas de fortalecer el diálogo, a las instituciones y de lograr una mejor distribución del ingreso. Ninguna promesa fue cumplida ni existen acciones que nos hagan suponer que se cumplirán.

-Actualmente ¿Qué lugar ocupa Julio Cobos en el radicalismo?

Julio Cobos ya no pertenece a la Unión Cívica Radical.
Se puede pertenecer al radicalismo si uno dice que ser radical es adherir a sus principios, sus valores y su ideología pero la UCR, además de esto, es un partido político, una institución, una organización jurídica que tiene sus normas, sus reglamentos, sus obligaciones y sus derechos.
Una de las obligaciones básicas del partido político es la de acatar la decisión de las mayorías y no competir en contra del radicalismo. Cuando no se cumple con esta norma, la carta orgánica dice que ya no se pertenece al partido.
No obstante, en los últimos episodios Cobos se comportó como un hombre radical, desde el punto de vista de las ideas, los principios y los valores.
Ha manifestado su intención de regresar al partido, cuestión que todavía no hemos resuelto. Creo que debemos actuar con mucha grandeza porque el fortalecimiento del partido es absolutamente necesario, en función de los intereses superiores de la Nación.

-Es decir que la decisión de Cobos ha beneficiado los intereses del partido...

Habría que preguntarle a un sociólogo ¿por qué desde que asumió la Presidente Cristina Fernández de Kirchner, la sociedad se ha puesto muy exigente con relación al gobierno?
Los ciudadanos dejaron de tolerar acciones que permitían en el mandato de Néstor Kirchner, como los enfrentamientos, las crispaciones, la falta de respeto a las instituciones, el derecho a la libertad de prensa, la injusta distribución del ingreso, los engaños de la inflación, entre otros.
Cuando se produce este cambio, la sociedad comienza a mirar a la Unión Cívica Radical deseando que volvamos a ser un partido importante, y dicho deseo se acentúa después de la decisión tomada por Cobos. Después de lo sucedido en el Congreso el 17 de julio la sociedad comenzó a mirar con mayor interés a la Unión Cívica Radical.
Debemos estar a la altura de las circunstancias, organizarnos y volver a ser un partido competitivo para que nuestra respuesta satisfaga la demanda de la sociedad.

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