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jueves, 3 de febrero de 2011

HUGO LUIS BIOLCATI (PLENO CONFLICTO GOBIERNO VS CAMPO)


La realidad se impone

“Nuestro sector está sufriendo las consecuencias económicas de haber tenido una actitud muy digna”

Hugo Luís Biolcati, presidente de la Sociedad Rural Argentina, habla de sus sueños, de lo que intenta dejarle a la sociedad y de cómo se caracteriza el productor rural.
Niega alguna vinculación futura en política partidaria pero reconoce que hace falta una mayor participación en la vida política del país aunque se vislumbra un cambio.
"Antes el Himno Nacional se cantaba bajito y ahora se grita. Cuando siento que la gente grita el Himno se me llenan los ojos de lágrimas, me emociona mucho porque siento que en alguna medida soy parte de esa transformación y eso me enorgullece", aseguró.

Él decidió hacerse cargo de la Presidencia de la Sociedad Rural Argentina en uno de los momentos más difíciles del sector agropecuario, donde la lucha por lograr políticas seguras para el futuro del sector son la premisa de los gremios rurales y pareciera que el último eslabón en la agenda presidencial.
Emblemático, veraz, honesto, pacífico, esperanzado, solemne, con un criterio elevado para el análisis de la realidad y un amor incomparable hacia su patria, Biolcati se gano un lugar en la Historia Argentina.
Aunque no le interesan los reconocimientos se convirtió en el emblema del pequeño y mediano productor. Por su sencillez conquistó el respeto de los productores agropecuarios y por su constante lucha la admiración de una nación.
Hugo Luís Biolcati nació el 11 de noviembre de 1943, en Capital Federal. Se recibió de abogado en la Universidad Católica de Buenos Aires pero decidió orientar su vida a la producción agropecuaria, específicamente en el Tambo.
Según Biolcati, la abogacía le permitió adquirir una amplitud mental, un enfoque abarcativo de las cosas y un poder de análisis y razonamiento que no se pierde con el paso de los años, más bien se potencia.

-¿Qué representa el campo en su vida?

Todo porque es mi actividad, mi lugar de origen, pese a haber nacido en capital. El campo es el ambiente en el que me muevo, me desarrollo, trabajo y pienso.

-¿Qué representa la sociedad rural en su vida?

Un lugar entrañable, un espacio donde aprendí a hacer algo por los demás, donde me desarrollé gremialmente y donde se están concretando esos sueños de poder trabajar por los de mi país.

-¿Por qué decidió hacerse cargo de la presidencia de la Sociedad Rural en un momento tan difícil para el sector agropecuario?

Porque es un desafío, una responsabilidad que traía desde la vicepresidencia dado que participé junto a Luciano Miguens, de quién aprendí mucho. Asumí la presidencia de la Sociedad Rural porque consideré que era mi deber y mi responsabilidad.

-¿Qué pensó su familia al momento de su asunción a la presidencia de la Sociedad Rural Argentina?

Me acompañan y me apoyan con el dolor que significa perder muchas oportunidades de estar juntos, de perder intimidad. Ellos hacen un sacrificio muy grande.

-¿Qué le cambiaría a la Sociedad Rural en su gestión futura?
Estuve seis años como vicepresidente de la Sociedad Rural Argentina junto a Luciano Miguens por lo que la línea de gestión es perfectamente compatible. Evidentemente existen actitudes e improntas personales que me hacen reaccionar diferente frente a determinados problemas pero dentro de una línea política semejante.
Soy muy partidario de la unión entre las entidades agropecuarias, de los productores y creo que debemos seguir limando viejas asperezas para integrarnos cada vez más.
Además debemos abrirnos mucho al productor a lo que piensa la sociedad de nuestro sector y debemos compatibilizar el interés sectorial con el del país.

¿Qué intenta inculcarle a su familia?

Intento que mi familia entienda que cuando se tiene una responsabilidad debe ser afrontada.

-¿Cómo se ve dentro de 10 años?

Viejo (se ríe). Trabajando en el campo junto a mi familia.

-¿Cómo ve a los argentinos dentro de 10 años?

Bien, estamos llamados a ocupar un lugar importante en la economía mundial porque Argentina produce los bienes que el mundo necesita consumir.
No existe posibilidad que políticas malas para el sector tuerzan el destino de nuestro país. La realidad se impone.

-¿Con que frase definiría su acción en estos últimos meses?

Sacrificio y aprendizaje porque no estábamos acostumbrados a esto ni estudiamos en ninguna facultad la manera de resolverlo. Simplemente somos productores agropecuarios sencillos, llanos, que hemos vivido de nuestro trabajo en el campo y estamos aprendiendo a pararnos y decir lo que pensamos en circunstancias sumamente adversas, cuestión que no es nada fácil.

-¿Qué fue lo que más le dolió del conflicto?

Me duele mucho no haber podido lograr medidas concretas para el sector agropecuario porque nuestro éxito es haber logrado muchas cosas para el país. El país cambió, las instituciones revivieron, existe una sensación de participación social.
No tengo dudas y lo volvería a hacer pero creo que nuestro sector está sufriendo las consecuencias económicas de haber tenido una actitud muy digna.

¿El campo al poder?

Biolcati reconoce que existe un importante descreimiento social para con la política y en especial ante los políticos. Si bien asegura que no participaría en política partidaria reconoce que hace falta una mayor participación de los productores agropecuarios para evitar que los sistemas políticos del país afecten la economía, la producción y el futuro del sector rural.

-¿Participaría en política?

Lo que estoy haciendo es política no partidaria pero participativa. Me gustaría que nuestra gente participe en política partidaria en los partidos más afines con su ideología, pero para lograrlo es necesario fomentar dicha participación.
Personalmente no me interesa hacer política partidaria, con la participación que tengo me es suficiente.

-¿Sería Presidente de los argentinos?

No porque me excede en mi capacidad

-¿A su entender que debería tener un gobernante para lograr que la sociedad vuelva a creer en la política?

El gobernante debería ser un gran estadista, esto es, tener políticas constantes como elegir una línea y continuarla y cuyos resultados no sean necesarios recoger en la misma gestión.
Un estadista es el que inicia una obra o un plan que será inaugurado por otro. Creo que los políticos hacen cosas con el objetivo de inaugurarlas rápidamente, de salir en los medios.
La reiteración de "hechos de faros largos" genera la confianza que en definitiva es lo que se necesita para que el país salga adelante. Sin confianza no existe ningún sistema económico que permita la inversión, el desarrollo.

-¿Cree que debería cambiar la conducción partidaria del país?

El estilo de conducción y de ejercicio de la democracia debería cambiar en las elecciones del próximo año porque todos hemos vivido, casi como un mundial de fútbol, la importancia de quién es el que ocupa una banca en la legislatura, la importancia de cómo piensa, qué dice.
Hemos sufrido viendo las expresiones faciales de cada diputado, hemos contenido el aire frente al televisor viendo cada voto. Valorar de la manera en que se valoró la opinión y la presencia de cada legislador en su banca, nos hace reflexionar para que el próximo año no votemos una lista sábana sin conocer los nombres de quienes la integran porque hemos aprendido la importancia que tiene cada nombre que aparece en esa lista.

-¿Los políticos tienen una noción acabada de los que significa el campo para la economía del país?
Muchos de ellos están empezando a tener la noción acabada que hasta el momento no tenían.

El conflicto que nunca acaba

Para el presidente de la Sociedad Rural Argentina no existe conflicto sino varias causas que llevaron al desarrollo del mismo. La falta de inversiones, de exportaciones, de trabajo y la destrucción de la producción y el empleo, son los pilares fundamentales para que el malestar social siga latente.

-¿Cómo ve a Argentina en relación al 2001?
Mucho mejor, aunque debiéramos estar mucho mejor todavía, gracias a circunstancias internacionales que han sido muy favorables. Si Fernando De la Rua hubiera tenido los precios internacionales que hubo estos últimos años hoy tendríamos de Presidente a Inés Pertine.

-¿Cómo afecta el conflicto al país?

Lo que afecta al país no es el conflicto sino la imposibilidad de invertir, de exportar, de trabajar, como se está destruyendo la producción y el empleo. Estas cuestiones son las que causan el conflicto.

-¿Cree que se producirá el cambio que se espera para el sector agropecuario?

A veces se toma como un exceso de optimismo pero tengo esperanzas. El marco internacional que estamos viviendo podría ser la chispa que provoque la apertura que no lograron los conflictos internos del país.
Es tradicional que cuando se produce una agresión externa como la que estamos viviendo, el país se una para abroquelarse contra dicha agresión. Es evidente que hace falta desarrollar la producción y el empleo para enfrentar la agresión externa.
Parece que es un lugar común que la crisis sea una oportunidad, pero es la verdad.
El discurso de la Presidente en Moreno puede ser criticado en muchas cosas pero despojo lo folclórico y leo que existe un reconocimiento a la sequía, es la primera vez que se reconoce; que existe una crisis que nos va a afectar, que se debe fomentar la producción y el empleo.
Es cierto que la ayuda para la sequía es insuficiente pero la Presidente dio un paso correcto al igual que la invitación que efectuó de mirar para adelante, que en definitiva es lo que pedimos.
Estas son lucecitas de esperanzas para comenzar a unirnos a fin de cerrar las persianas.

-¿Por qué cree que el Gobierno Nacional se empecinó con el campo?

Creo que el gobierno es autista en todos los sentidos y con todas las realidades del país. Con respecto al campo, existe un gran resentimiento por los fracasos que tuvieron en el manejo de la gestión y del poder. Se creían los dueños de la calle y los vencimos en la calle, creían que tenían una mayoría en el poder legislativo capaz de reformar la Constitución Nacional y perdieron, creían que eran los dueños de la opinión pública y se les destruyó la imagen en pocos meses.
En todo lo que creían dominar tuvieron una derrota muy fuerte, eso no lo perdonan y nos tienen en penitencia.
Además ideológicamente no nos quieren pero creo que en este sentido existe más pragmatismo. Quieren destruirnos pensando que con eso recuperan su poder, quieren vencer al que los venció porque creen que así recuperaran su imagen.

-¿Los legisladores que votaron la resolución 125 estaban a la altura de las circunstancias?
Muchos legisladores si estaban a la altura de las circunstancias, hubo una gran cantidad que estudiaron a fondo el tema, tengan una posición a favor o en contra a la nuestra, pero hubo discursos importantes sobre el tema en el que se notaron el interés y la dedicación.
También hubo legisladores que daban tristeza escucharlos porque sus discursos eran pobrísimos, demostraban una falta de interés y un desconocimiento que los hacía indignos de ocupar su banca, además de actitudes patoteras.

-¿La actitud de Cobos en la Legislatura fue porque entendió la problemática o por intereses personales?
Indudablemente Cobos entendió la problemática. Todo el mérito que logró es porque supo leer una realidad sumamente sencilla. Los otros que la entendían, los cuales eran muchos, tenían miedo a desobedecer. Ellos si peleaban por conveniencia.

-¿Por qué al gobierno le falta apertura mental, más que, apertura económica?

La apertura económica puede discutirse pero lo primero que hace falta tener es una amplitud de criterios, una compresión de las realidades que son diferentes a las que uno quiere, hay que saber escuchar.
El Gobierno Nacional está viviendo en una burbuja, son autistas y necesita provocarse el cambio a través de una correcta apertura mental.

El auténtico Biolcati

Aunque su lucha constante ha logrado incursionar en la historia contemporánea de nuestro país, ha generado una nueva forma de protesta, ha roto con los paradigmas políticos añejos y ha traspasado los límites de un sector que hasta el momento se mantenía callado frente a las medidas que lo afectaban, Biolcati siente una gran deuda con el productor agropecuario.
Según él "hemos logrado mucho por los argentinos pero por el sector poco, más bien logramos que el Gobierno Nacional nos ponga en penitencia".

-¿Por qué esta lucha por el país?

Porque es necesaria.

-¿Por qué es necesaria?
Porque estamos enfrentando una actitud del gobierno la cual es prácticamente autista frente a una situación internacional que nos afecta y frente a un esquema de ejercicio del poder, de la gestión política que no coincide con lo que los argentinos hemos tratado de lograr del país a través de la democracia, la república y el federalismo.
Se están conculcando muchas costumbres argentinas donde la realidad se mira con un solo ojo. Existen infinidad de cosas por aclarar y decir, allí radica nuestra responsabilidad.

-¿Cómo cree que es el argentino?

El argentino es generoso, amplio y familiero en su círculo pero deja que el manejo de la cosa pública, sea en el municipio, en la Provincia o en la Nación, lo hagan otros. Es poco proclive a participar en la vida política y considera al político como una raza aparte sin darse cuenta que todos debemos hacer política y participar.
Creo que esta última concepción está empezando a cambiar y se nota en muchos gestos de la sociedad. Me resulta particularmente emocionante sentir que uno es parte de ese cambio.
Antes el Himno Nacional se cantaba bajito y ahora se grita. Cuando siento que la gente grita el Himno se me llenan los ojos de lágrimas, me emociona mucho porque siento que en alguna medida soy parte de esa transformación y eso me enorgullece.

-¿Cómo es el productor agropecuario?

Igual que el argentino: familiero, generoso, poco participativo, le agregaría que en lo económico el productor agropecuario busca avanzar tecnológicamente, tiene una mente muy abierta hasta la tranquera. En el plano de la comercialización le falta mucho por avanzar, no se integra, en fin, creo que debemos trabajar muchísimo de tranqueras para afuera.

-¿Qué le gustaría dejarle a la sociedad?

El recuerdo de una gestión a favor del país y del sector y por sobre todo, que dicha gestión haya sido fructífera.

Vistazos personales

Sincero, sin tapujos y con un importante nivel de crítica, Hugo Luís Biolcati definió a algunos personajes políticos y del sector agropecuario.

Carlos Cheppi:
"un buen técnico que aceptó un cargo con la idea que podía hacer algo por mejorar la situación que estaba viviendo el sector, al cual conoce perfectamente, pero le falta poder y le sobra obsecuencia".
Cristina Fernández: "una persona inteligente que puede sacar el país adelante si escucha un poco más los problemas reales de la Argentina y no se encierra en una burbuja de cúpula".
Julio Cobos: "la persona indicada, en el lugar adecuado, en el momento oportuno".
Eduardo Duhalde: "un planificador".
Eduardo Buzzi: "un excelente dirigente"
Alfredo De Angeli: "un excelente comunicador"
Mario Llambias: "un hombre de campo que toda su sinceridad y empuje se volcó al gremialismo y lo hace muy bien"
Luciano Miguens: "un hombre honesto y sencillo que con su esfuerzo lideró un movimiento que dejó muchísimo por el sector. Supo hacer de su esfuerzo su mayor virtud"

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